HISTORIA DE BORA, una Golden Retriever en el aire...

Esta es la historia de la mejor amiga que he tenido y tendré nunca, BORA. Ella apareció de la nada… y ahora no puedo vivir sin ella.

Bora llegó aquella tarde tan aburrida de Agosto, sin avisar, así aparecen los amigos.

Un amigo de aquel pueblo de León apareció en la plaza del museo en su coche y me llamó para que me acercara.

Cuando llegué ahí estaba ella, con esa carita, tan dulce, tan bonita… estaba tranquila sentada en la alfombra del coche mirando lo que la rodeaba, tan simple…

Era preciosa! Y mi amigo estaba buscando un dueño para ella.

Corrí a casa a dar explicaciones a mi madre, incluso la engañé diciéndola que era un macho, pero, ¿Cómo explicar la conexión que tuve con ese animal y que no podía volver a casa sin ella? Mi madre no estaba nada convencida del tema pero yo y no podía vivir sin ella…

Le acomodé una mantita con comida y agua y la llevé a dar un paseo para que reconociera el entorno en el que empezaba su nueva vida atada al asa de un bolso (jajaajajaja) he de reconocer que la mantita no la utilizó jamás!.

Cuando entrábamos en casa era ella la primera en cruzar la puerta y tumbarse en el sofá como la reina de la casa.

Los primeros meses fueron muy duros para Bora y para mi ya que yo intentaba educarla pero no lo hacía correctamente y sufrimos mucho.

Poco después nos mudamos de casa, ahora Bora tendría una terraza para estar suelta a sus anchas y un pequeño jardín en el que correr y jugar con perros vecinos, ya que era comunitario.

La verdad, es que todo mi gozo en un pozo, ya que pocos días estuvo suelta por la terraza, había que quedarse con ella ya que incluso con la puerta cerrada se las ingeniaba para escaparse e ir a robar comida a los vecinos.

Lo de robar comida era entendible, ya que en casa se complicaron mucho las cosas y el pienso escaseaba cada vez mas ya que teníamos serios problemas económicos. Igual que escaseaban muchísimas otras cosas de la casa.

Lo que a Bora nunca le faltó fue ejercicio físico, ya que me tiraba con ella horas por los montes cercanos ni tampoco le falto una caricia y mi cariño.

Los problemas económicos empeoraron y con ellos empezaron los problemas familiares y tal era la situación que me dejé, dejé de sacarla a pasear y la ignoraba por completo. Pobrecita mía… lo pasaría fatal.

Después de darle mil vueltas en mi cabeza decidí dejarla en la protectora de animales, ya que para mi era imposible alimentarla (tengo 15 años) y mi familia me amenazaba con sacrificarla, no podíamos darla ni de comer.

El fatídico día que cargué a Bora en el maletero del coche de un vecino a las 15,00h de la tarde fue un día de los peores de mi vida ya que pensaba que no volvería a ver a Bora nunca jamás.

Llegué a la protectora de animales “Amigos de los animales de Guardo” se acercó a mi una chica que me preguntó que deseaba y me miraba ya con cara de cabreo, se imaginaba que la preciosidad que estaba a mi lado en los huesos era para dejar allí, la comente la historia y todo dio un vuelco brutal ya que al ver nuestra conexión me ofreció pienso y todo lo necesario para Bora hasta que le buscáramos una  nueva casa, ellas pensaron que si el problema era no poder mantenerla me ayudarían a hacerlo y así no teníamos que separarnos.

La verdad es que me fui contentísimo con mi perrita a la vez que preocupado por su futuro.

Estuve en contacto con ella varios meses los cuales me ayudó con el pienso y las desparasitaciones de Bora.

Lo peor estaba por llegar… en diciembre de 2012 por problemas familiares tuve que trasladarme a vivir a Tenerife y después de buscar y buscar la manera de poder llevarme a Bora conmigo, lo cual por mis problemas económicos fue imposible, me fui.

Si, me fui y dejé a Bora con mi madre lo cual empeoro la situación de ambas y mi madre me pidió que hablara con la protectora ya que la perra estaba en muy malas condiciones y mi madre no podía hacerse cargo.

Bora acabó en la protectora… después de muchísimo trabajo entre ellos y yo para poder solucionar el tema. Era la única solución, la idea de costearla el viaje a Tenerife ni se me pasaba por la cabeza! Era imposible!

Días más tarde recibí un mensaje de Estrella y no me podía creer lo que leía:

“Antonio, hemos tenido una reunión la junta directiva por el tema de Bora y después de mucho pensar, hemos decidido que te la vamos a mandar contigo…, que te parece??”

QUE ME PARECEEE?????? Bieeeennnn!!!! Me costeaban el viaje de Bora porque sabían que era lo mejor para ella!

El 1 de Febrero a las 10:30 fui al aeropuerto a recoger a Bora y lleva desde entonces conmigo y todavía no me lo creo.

Ahora está genial, no le falta de nada, jugamos a diario en una huerta enorme que tenemos aquí y damos largos paseos por la montaña y la playa de la que nos sale del agua aunque me tire 10 horas! La encanta…

AHORA SE QUE JAMAS NOS SEPARAREMOS

MUCHAS GRACIAS CHICAS!!!

NUNCA OS OLVIDARE…..

 Escrito por Antonio y Estrella, actualmente dos grandes amigos.